Dos micros estacionados en la calle tapaban ese mural que representa un antes y un después: El mercado convertido en Universidad. Hacía frío pero eso parecía no importar. Entre cañas, banderas, cintas, cartones pintados con témperas con consignas alusivas, ellos se probaban las remeras que los identifican como una agrupación estudiantil de la UNDAV. Preocupados por la hora, esperaban a Natalia.
–Estamos acostumbrados. Siempre llega tarde, pero esta vez la loca cambió los horarios del laburo para poder venir. No durmió en toda la noche porque estuvo ahí, trabajando. Hoy es un día particular para todos nosotros–dice Verónica Ortiz, estudiante de Abogacía.
A Nicolás Van Oostveldt, de la licenciatura en periodismo y consejero de su claustro del Departamento de Ciencias Sociales le habían asignado la logística de la actividad. Corría de un lado a otro, en una mano tenía un cuaderno y una lapicera, en la otra un cartel: “Más para los pibes, menos para los buitres: Boleto Educativo Gratuito YA”.
El 6 de Mayo estudiantes de distintas partes de la provincia de Buenos Aires marcharon al Ministerio de Obras Públicas de La Plata para pedir a la gobernadora que se implemente la ley 14.735 que establece el boleto estudiantil gratuito para primaria, secundaria, terciarios y universitarios. “La ley fue sancionada el año pasado por un proyecto presentado por el legisladores del Frente para la Victoria. El plazo para ser reglamentada ya está vencido (venció a fines de Marzo) y dentro de la negociación para la aprobación del presupuesto a principios de este año, se encontraba el apartado donde se asignó la partida presupuestaria para ser aplicada y utilizada para subvencionar el boleto. Por ende, la plata está. Si no se reglamenta es porque, como aclaró María Eugenia Vidal, el boleto no es una prioridad para este gobierno”, cuenta Nicolás. Además confirmó que desde el Poder Ejecutivo de la provincia sostienen que la ley como está es inaplicable y que legisladores pertenecientes al PRO ya están trabajando para presentar una modificación a la ley para quitar esta universalidad a la que la norma actual se refiere. Agrega que desde la agrupación ya expresaron que no vamos a permitir que les quiten un derecho ya adquirido. En sus palabras “No se trata que ley no sea aplicable, si no que claramente no está en los planes del gobierno fomentar la educación pública y por eso también el recorte presupuestario que está ahogando a las universidades”.
Mientras algunos terminaban de preparar los termos con agua caliente, otros iban subiendo las banderas a los micros. Se repartían las tareas y se los notaba, además ansiosos por la partida. El hall de la Universidad Nacional de Avellaneda resplandecía de cantos, risas, algún que otro bombo, pero sobre todo respiraba lucha. Minutos más tarde, llega otro micro que venía con estudiantes de la UTN de Villa Domínico. Era el momento de salir todos juntos para La Plata. “No se olviden los lápices”, gritó uno de los chicos que ya estaba sentado en el vehículo. “¡Loco! Una foto con la bandera”, gritó otro y automáticamente bajaron todos, se abrazaron al mismo tiempo que desplegaron el frente de su columna con la consigna: “Ser universitario es un compromiso con el pueblo”.
|
Los estudiantes marchan en defensa de
su derecho a la educación. |
Cerca de las 12 del mediodía salieron para La Plata pero antes pasaron por Plaza Alsina. Allí los esperaban otros estudiantes de distintos profesorados y secundarios. Pero para su sorpresa, también estaba el Intendente de la ciudad, el ingeniero Jorge Ferraresi: “Acompañar a los estudiantes en esta lucha, no es sólo una obligación, sino que es un derecho. Lo menos que podía hacer es venir a despedirlos. Todos ellos son nuestro futuro”.
Minutos después de organizar la caravana, partieron hacia la capital de la provincia de Buenos Aires. Al llegar se encontraron con miles y miles de personas que iban a reclamar por su derecho. Comenzaron a organizarse en una columna, para marchar al lugar donde hace 40 años atrás, también lo hicieron aquellos que por luchar por el boleto fueron condenados a ser víctimas de La Noche de los Lápices. “Fueron condenados a desaparecer. Hace dos años, los medios de comunicación nos jactaron de ser muy jóvenes para votar. Se ve que, como decimos: Muy jóvenes para votar pero lo suficientemente grandes para desaparecer. Haber elegido este lugar para hacer el acto, tiene para nosotros una connotación muy importante, dijo Nahuel Pereyra que cursa su 5to año de la secundaria en la E.N.S.P.A. de Avellaneda.
En 1975 estudiantes secundarios agrupados en la UES, la Juventud Guevarista, la Federación Juvenil Comunista, entre otras, participaron de una marcha donde solicitaban al Ministerio de Obras Públicas de la Provincia, un descuento en el transporte, más sencillamente : el boleto estudiantil. El 16 de Septiembre de 1976, fueron secuestrados, según un informe de la CONADEP, por un operativo de la policía bonaerense. Hoy, la mayoría de ellos siguen desaparecidos.
Entre ciudad y ciudad, había bajado mucho la temperatura. Mucho frío y para colmo, había comenzado a llover. Pero nada los detuvo. 30 cuadras repletas de estudiantes, organizados en distintos frentes, centros y federaciones. Comenzaron a marchar desde la Catedral hasta el Ministerio. En el camino, la gente se les iba sumando para apoyarlos en su lucha. Una señora, de unos 80 años les tiraba besos y los aplaudía desde la ventana de su departamento. Otra mujer con documentación en la mano como yendo a trabajar, los miraba con cariño y con los ojos llenos de lágrimas.
Lágrimas de Emir Costaguta, estudiante de Ciencias Ambientales de la Universidad Nacional de Avellaneda: “En las últimas movilizaciones llovió o lloviznó: ¿No serán nuestros compañeros desde el cielo, mártires a quienes se les caen las lágrimas de ver que jamás declinamos en la lucha y continuaremos hasta el final? Es loco imaginarlo, pero hermoso”.
|
La creatividad como reivindicación de los estudiantes
que perdieron su vida por la misma lucha en la
"noche de los lápices". |
En la otra punta, más de cincuenta manos levantaban unos lápices de cartón y cartulina. Esos lápices que uno, desde arriba del micro recordó que tenían que llevar, que no se los podían olvidar. Ayelén “Yayi” Van Oostveldt, de la licenciatura de enfermería tenía uno en su mano: “No somos los mismos que hace años, es otro contexto político. Pero seguimos siendo lápices y ellos nuestro ejemplo. No abandonamos ni por ellos, ni por nosotros ni por las generaciones que vendrán, dijo. Y recordó un episodio sucedido en la Sede de Piñeyro de la UNDAV días anteriores: “Fue la primera vez que tuve que actuar de emergencia con los conocimientos adquiridos de la carrera. Fin de mes. Una compañera de cursada tuvo que elegir entre comer o cargar la SUBE. Después de estar horas en la Universidad, se desmayó. Eligió la SUBE para poder viajar a formarse y transformarse en profesional ¿Te das cuenta por qué estamos acá?”
Estudiantes que dejan materias porque ya no alcanza para el boleto para cursar varios días en la semana, tampoco para todos los apuntes. Estudiantes que quieren estudiar, pero tienen hambre. Estudiantes que tienen que trabajar más horas, porque ya no llegan a fin de mes. Por eso ellos se movilizaron, para no retroceder ni un ápice acerca de lo conquistado. La diferencia con años anteriores es que hoy tienen una ley que los avala, una ley que establece el boleto estudiantil gratuito y que debe ser reglamentado cuanto antes. Distintas federaciones y frentes estudiantiles vienen impulsando distintas medidas de acción.
“Desde la Federación Universitaria de La Plata (FULP) en conjunto con el Frente de Estudiantes del Conurbano (que nuclea a distintos terciarios y universidades de la Primera y Tercera Sección Electoral) venimos desarrollando las Plazas por el Boleto donde pedimos a toda la comunidad que nos apoye con este reclamo, juntando firmas. Nosotros ya presentamos un amparo que todavía está en trámite”, contó Fermín González Laria, Vicepresidente de la FULP.
Mientras el acto continuaba, el sol se iba ocultando de a poco. La lluvia no mermaba, pero todos ellos se escuchaban atentamente, uno con el otro. En la puerta del Ministerio de Obras Públicas, las banderas se flameaban una y otra vez.
Alrededor de las ocho de la noche y con el cántico “No tengo cuentas en Panamá, soy estudiante nacional y popular”, fueron abandonando de a poco la plaza donde estaban situados. Pero mañana aparecerán, levantando las banderas nuevamente allí o en Avenida Córdoba de la Capital Federal, o en una clase pública o donde sea.